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Los eventos estresores forman parte de la vida cotidiana y se pueden presentar en cualquier momento por diversas situaciones, sin embargo, otros eventos son previsibles en ciertos períodos de la vida, así como otros ocurren de manera inesperada. Estos se refieren a situaciones como por ejemplo la muerte de algún ser querido o la experiencia de tener un adolescente en casa.
Ante estas situaciones, el organismo responde de diversas maneras ante los eventos y las situaciones nuevas que la persona enfrenta a diario. A este respecto, Cortés (2000), enumera una serie de síntomas comunes:
- dolores de cabeza
- sensación de cansancio
- ansiedad o decaimiento
- dolores indefinidos
- trastornos digestivos
- sudoración excesiva
- somnolencia diurna
- trastornos de sueño
- problemas con el apetito
- depresión
- presión sanguínea alta
- Irritabilidad
- Problemas para tomar decisiones rutinarias
- Úlceras
En otros casos, Gastón De Mézerville (2003) menciona que la impaciencia, la irritabilidad, el nerviosismo, la ansiedad, la angustia, la tristeza y el desaliento son elementos que revelan la presencia de estrés negativo.
De igual modo se añaden, ciertos trastornos funcionales psicosomáticos, los cuales varían de una persona a otra como: taquicardias, sensaciones de constricción o de opresión en la zona del corazón, calambres o dolores de estómago, ardores, diarreas o estreñimiento, erupciones e irritaciones cutáneas, accesos de eczemas, alteraciones significativas en los patrones de sueño, entre otros.
El estrés se presenta casi en todo momento, sin embargo son pocas las ocasiones que las personas se detienen a reflexionar sobre la situación que ese hecho desencadena hasta que siente algunas de las anteriores consecuencias.
De esta forma la disciplina de la Orientación cumple un papel preponderante en la vida de la personas en el entrenamiento de habilidades y destrezas que faciliten el adecuado manejo de este tipo de situaciones, donde puedan controlar su capacidad de respuesta a los eventos que no están bajo su control , tomando como recurso base el autoconocimiento y autocontrol Algunas técnicas habituales de afrontamiento y superación del estrés que recomendamos son:
Técnicas respiratorias: la respiración constituye un factor primordial para llevar la suficiente cantidad de oxigeno a nuestro cuerpo, de manera que se logre manejar los cambios fisiológicos que se alteran con la presencia de un evento estresor.
Técnicas de relajación progresiva: para esto puede utilizar música relajante asi como también, por ejemplo, imaginar un paseo largo por la playa.
Técnicas de entrenamiento autógeno: se basa en la concentración pasiva de las sensaciones físicas. Se logra tratando de sentir cada parte del cuerpo poco a poco.
Técnicas de detención del pensamiento: con este se pretende que en un momento determinado la persona logre racionalizar cual es el pensamiento que se está generando con la evento estresor que la está llevando a experimentar el estrés negativo. Por ejemplo: que tenga que entregar un trabajo para mañana temprano y crea que no le va a dar tiempo para terminarlo.
Técnica del rechazo de ideas absurdas: cuando se identifique cual es el pensamiento que desencadena el estrés negativo, se debe valorar si esa idea es razonable y justificable, de lo contario se debe desechar y reemplazar por otra que sea mas saludable.
Técnicas de afrontamiento de problemas de manera asertiva: se pretende que la persona logre enfrentar la situación que es catalogada como “problema” de la manera mas asertiva posible, con elementos como comunicación asertiva, organización, análisis y búsqueda de posibles soluciones.
Técnicas de biorretroalimentación: por último, se recomienda valorar la situación vivida y aprender de las acciones que le sirvieron para manejar de manera positiva el estrés y continuar aplicándolas.
También se recomienda el manejo del tiempo de ocio, de manera que ese espacio sea aprovechado en forma equilibrada que se traduzca en calidad de vida y salud tomando en cuenta redes o grupos de apoyo.
